El círculo del 99 (ajeno)

Ayer, casi caigo... ayer... casi me enlazan, en el Círculo del 99 ajeno. Ayer, estuve cerca, pero me acordé... gracias a Dios, los Maestros, los ángeles, y mi memoria...

Hace 8 años, leí éste cuento en el libro Recuentos para Demián de Jorge Bucay, y fue realmente en mí un click de iluminación, así como otros que tiene ese volumen, el de las ranitas... etc.

El punto es que en un lugar en el que paso muchas horas de mi día, estamos siendo prisioneros de ese bendito círculo.

Comenzamos siendo 10 repartidos en dos turnos, dando un buen servicio, en calidad y tiempo, y ese era nuestro 100%, tanto para el que nos contrataba, como para nosotros que prestabamos el servicio... Y de pronto el cliente, ofreció más, y nuestras "100 monedas" se transformaron en 99... y en búsqueda de esa nueva moneda, que parece ser más valiosa que las demás, comenzó la presión. Se aumentó la pretensión, sutilmente se extendieron los horarios, ya no existe sábado ni domingo, se bajó la calidad de lo que se hace...

Todo ésto, sin haber dedicado siquiera 5 minutos para mejorar las condiciones de trabajo, cosa que seguramente produciría por añadidura una mayor "capacidad" de respuesta, de esos mismos que hasta hace un mes éramos "los mejores en lo nuestro", y hoy nos vemos transformados en mediocres, en virtud de un número... el 99...

Ayer, presa de la ambición ajena, estuve a punto de ceder a la exigencia, y deslizar "descuidos" y "olvidos" en mi tarea, que me hicieran más veloz... Pero en fracción de segundos, un rayo de iluminación partió mi chakra Corona. Lo único que tengo y tuve, que marca mi forma de hacer las cosas es la calidad, y el respeto por mí misma. Si cedo a la presión, pierdo mi calidad de trabajo, y me perdería el respeto por mí, realmente ya no me quedaría nada. En estos términos, pienso, señores:

"El trabajo sirve para pagar los gastos de nuestra VIDA y nuestra ALMA. No para PAGARLO con nuestra VIDA y nuestra ALMA".

Transcribo sólo el alegato final del cuento, pero si tienen posibilidad, les sugiero que lo lean, es realmente hermoso:

Pero qué pasaría

si la iluminación llegara a nuestras vidas

y nos diéramos cuenta, así, de golpe

que nuestras 99 monedas

son el cien por cien del tesoro?,

que no nos falta nada,

que nadie se quedó con lo nuestro,

que nada tiene de más redondo

cien que noventa y nueve,

que esta es sólo una trampa,

una zanahoria puesta frente a nosotros,

para que seamos estúpidos,

para que jalemos del carro

cansados, malhumorados,

infelices o resignados.

Una trampa para que nunca dejemos de empujar

y que todo siga igual...

eternamente igual!...

... Cuántas cosas cambiarían

si pudiesemos disfrutar de

nuestros tesoros tal como están...

Y estoy de acuerdo con Bucay, no leemos acá de dejar de tener ambición, ni objetivos, sino, el disfrutar de lo cotidiano, del camino, del proceso, así tal como se presenta!!!

Sólo por hoy, SOY LIBRE!!!

Buen fin de semana a todos!