Justicia, juicio, juzgar...

"Si el mundo estuviera tan organizado que todo tuviera que ser justo no habría criatura viviente que pudiera sobrevivir ni un sólo día. A los pájaros se les prohibiría comer gusanos, y habría que atender a los intereses personales de todos los seres humanos."

Wayne W. Dyer - Tus zonas erróneas

Que uno crece... de eso no hay dudas.

Que uno aprende... eso lo vas descubriendo a medida que ante las mismas situaciones ya vividas con anterioridad tu reacción es diferente, más madura.

Antes... en mi antes personal, necesitaba juzgar, compararme, para sentirme viva, sentir que era "diferente", mejor, peor, más o menos, según los cánones establecidos por... por quién? esa es la pregunta que hoy me hago con mucha fuerza en mi interior. Necesitaba aconsejar compulsivamente, y tratar de traer a toda la humanidad hacia mi mundo, según mis reglas.

Hoy, cuando siento el impulso de "juzgar" algo o a alguien en primera instancia me pregunto contra qué o quién lo comparo.

Si por un lado considero como lo hago, muy fervientemente, que cada uno de nosotros es ÚNICO e IRREPETIBLE, por qué dos personas o cosas serían iguales??

Ser adulto (comparado con la adultez de quién?)

Ser adolescente (comparado con la adolescencia de quién??)

Y a veces hasta ser BUENO o MALO, se me hace difícil de definir.

El juzgar, creo hoy, empieza con la comparación, y así hemos crecido todos, educados en la comparación: Más inteligente que tu hermano, menos ordenada que tu hermana, más lenta que mamá, tan agresiva como papá... casi nunca escucha uno de uno mismo: Tan Mónica como Mónica...

Y cuando juzgamos, ajusticiamos. Ajusticiamos al otro, con nuestras demandas, con nuestros reproches, y hasta con nuestros consejos, que suponemos desde el amor, brindando "recetas" que son nuestras, que tienen "nuestro" tinte moral y emocional. Creemos saber lo que el otro tiene o debe hacer, pero olvidándonos que el otro es diferente, y que obrará según sus propias marcas, huellas, formas.

Y es evidente hoy para mí, que nadie está excento en este mundo bipolar de ser juzgado... ni de juzgar.

Juzgar, nos aparta de aquello que no hace "juego" con nuestros criterios... nos protege de lo diferente, pero nos deja a la vez sin la posibilidad de conocer cosas nuevas, de verlas, aunque no las adoptemos para nuestra vida.

En este mundo, en el que elegimos nacer, donde todo tiene su opuesto: La noche y el día, el blanco y el negro, el frío y el calor, el húmedo o seco... el bueno y el malo, parece ser que la inevitable forma de crecer y madurar, es juzgando y siendo juzgado.

Hoy para mi vida elijo, juzgarme sólo a mi misma, sopesando lo bueno y malo para mí, según mis historias pasadas, según mi propio camino, mi "de donde vengo", y en la persona en que me quiero convertir...

Sólo por hoy, pido a Dios que me dé la suficiente tolerancia para ver y aceptar las diferentes formas de ser y hacer, sin juzgar, sin ajusticiar, sólo aceptación.

Sólo por hoy, pido a Dios que me dé la suficiente Fe para no sentir "pánico" ante lo que es diferente, ante las diferentes formas de ser y hacer. Confianza para no necesitar que todos sean igual a mí, para sentirme segura...

Sólo por hoy, pido a Dios, la suficiente humildad para poder perdonar a aquellos que me juzgan, me condenan y ajustician...

Sólo por hoy, ser gota de rocío... Sólo por hoy ser sólo espectador... Sólo por hoy, un destello de inteligencia, que me muestre el mejor camino...

Gracias, a todos por estar!