viernes, 20 de enero de 2006

El Espejo Imperfecto


Regalo de cumple... hecho solo para mí por Ale Lavalle... Graaaaaaaaaaaacias Ale!
Los dejo.. con el autor...


Era tarde ya, y ella seguía mirando a través de la ventana, pensando cuándo llegaría ese día tan esperado. El aire estaba espeso, el humo llenaba todo. La bruma era tan inmensa que impedía ver lo bello de la noche.

El espejo se había transformado en un enemigo letal que atemorizaba las esperanzas más sublimes. El espejo era perfecto. Su marco de madera estaba lustrado en wengé, el vidrio biselado era impecable y la terminación, inmaculada. Tanta perfección era una perfecta paradoja que devolvía amargura y desazón.

Tantas horas pensando cuándo y donde. Cuándo y dónde. Pero lo que más la angustiaba era cómo. Cómo podría alguien descubrir la belleza que el espejo no devolvía. Cómo lograr vencer la inseguridad y el temor al rechazo. Cómo salir de este laberinto de dudas, incertidumbres y miedo. Cómo alcanzar ese premio que la vida tenía preparado pero que parecía reservado solamente a Afrodita. Oráculo impermeable e indescifrable.

La madrugada se fue, lenta y somnolienta. Llegó el día. Ella seguía mirando a través de su ventana. Una taza de café, su eterna compañía. El sol de Noviembre atravesó sus pupilas e iluminó su alma. Recordó con dolor y abatimiento su último amor privado y secreto. Tan secreto. Recordó las horas perdidas, sin sueño, pensando en ése amor. ¿Era amor?

Recordó las lágrimas que embellecieron su cara. Recordó la desidia de haber vaciado su alma para alimentar el ego de otras voces. Recordó el dolor y decidió que ya era suficiente.

Se levantó 40 años más tarde y abrió la ventana. Dejó que la brisa matinal, limpia y fresca, inundara su cuarto. Se cambió la ropa pesada y se vistió de claridad. Miró el espejo que reflejaba su imagen. Se paró delante de él sin miedo. Se detuvo frente al cristal biselado. Se quedó imperturbable contemplando el reflejo. No se reconoció.

Se maquilló, se puso sus joyas más preciosas, se vistió de gala y se calzó unos zapatos impecables. Se acercó al espejo y lo miró altiva. Con la fuerza de un búfalo pateó el espejo que estalló en millones de estrellas. Inundó su cuarto con un estruendo transparente. El marco de wengé cayó sobre la alfombra.

Extrañada y confundida, se encontró con ella misma. Se miró en los pedazos rotos sobre la alfombra y se reconoció hermosa. Se vio bella, etérea, inocente, esperanzada. Se vio como realmente es. Se animó a mirar lo que el espejo escondía. Fue valiente y saltó la apariencia que encerraba ese maléfico espejo, tan perfecto. Ese espejo escondía algo bello. Sin embargo, era necesario destrozar lo que parecía hermoso para descubrir algo mucho más sublime.

La mayoría de las veces evitamos romper algo por miedo a sufrir siete años de mala suerte. El espejo se transforma en esas situaciones en las que estamos cómodos pero que nos traen desdicha, engaño y sufrimiento. Cuántas veces atravesar esos miedos nos lleva a descubrir no siete, sino una eternidad de años de felicidad.

Ella se vio hermosa y cuando se descubrió a sí misma, una mano tocó su hombro…
Nada para agregar, mucho para agradecer, Te Quiero Ale!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, vaya, así que New Mony es un pequeño frasquito para que el arte exista...

Felicidades...

:) si realmente da alegría ser el primero en comentar... en un blog que es comentado por muchos...

Sabes?... las cosas siempre nos llegan acompañadas de regalos que nos las traen...

New-Moni dijo...

Fer

Gracias por tu "mimito" en letras...

Hoy podría decirte que todo tiene su precio, y que como dice Ale, a veces hay que romper algo Hermoso, para tener siglos de Dicha...

Un besooooooooooo...

Y te visito, para ver que pasó en Nihilandya...