Hoy el día empezó de reflexión y noción de la realidad... Quién soy... cuál es mi entorno, cuáles cosas tengo, cuáles no tengo.
Fortalezas y debilidades (creo que esa es la terminología de marketing que le correspondería al estado). Así pensando y reflexionando (con la ayuda invalorable de Master John, que suele hacer de contraargumento de Moni, y se agradece), empezó a surgir en mi mente la idea de la escalera.
Cómo llegué hasta aquí? quién y cómo soy? qué me fue "forjando"?.
Siento que mi vida es como una gran escalera. Y si bien hace un tiempo decía que "adolezco" de falta de metas, hoy mirándome mejor, me doy cuenta que sí tengo metas... sí las tengo. Mi meta es una sola: APRENDER.
Me dí cuenta, que mi camino, es subir una escalera sin fin, que me lleva hacia mi objetivo, dónde cada una de mis experiencias en todos los ámbitos es comparable a un escalón. A veces, con descansos, mesetas, que hacen pensar que nada cambia, y tal vez está bien así, para poder mirar hacia abajo y poder valorar y reconocer el camino andado.
En mi ascenso hubo bifurcaciones, posibilidad de elegir, "o esto" o "aquello", derecha... izquierda, centro... pero siempre hacia adelante, siempre un escaloncito más arriba. Escalones más bajitos, escalones más altos, algunos costó subir, otros, fueron el mínimo esfuerzo... pero siempre subiendo. De cada uno tengo una experiencia, un "algo" que si miro bien, compone a la Moni de hoy.
Hubo etapas de subida solitaria, donde las paredes a mi alrededor parecían cerrarse, etapas frías... agobiantes tal vez, dónde sólo lograba ver la luz en el final, como promesa de lo "que puede ser".
Tal vez sólo esa luz me acompañaba... y un algo interno que decía, un pie más Moni, un pie más... vamos... ya llegamos...
Agradezco al Supremo, eso de "cabeza dura" que tengo y me permite seguir...
De pronto... las paredes iban haciéndose más bajas, dejando entrar mejor el aire... La luz siempre allí, la meta, el objetivo...
Etapas en que los viajeros en subida no eran tantos, pero se dejaban ver, al otro lado de la muralla, y me hacían sentir acompañada en el camino, aunque no los pudiera tocar...
Rostros iluminados, tristes, sudorosos, desconcertados también, que te muestran que no estás sólo en el ascenso... que cada uno va, por su propio camino. A veces, estos caminos se cruzan, y transforman la experiencia en maravillosa!!!.
Hubo etapas de frescura verde... dónde los muros... se confunden con la seda, te contienen y te miman a la vez... Dónde los escalones se convierten en una alfombra lisa, que te lleva, que te invita a avanzar, como premio tal vez al esfuerzo realizado antes, etapas de cosecha... (Y sí Dios "aprieta" pero no ahorca, decimos por aquí... y premia los esfuerzos, gratifica, como Padre todo Amor!)
Hoy estoy atravesando una etapa de subida donde todo se ve Azul... dónde sé que los escalones tal vez son altos, pero definidos... que lo mío hoy se llama aprender... a volver a empezar, una y otra vez, un pie sobre el otro, y valorar el aprendizaje cotidiano como crecimiento interior, de mi persona, más allá de que el escalón se llame familia, trabajo, amigos, salud, o el nombre que quiera darle... Hoy los escalones se llaman PACIENCIA; FUERZA; FE, y el subirlos, empieza en mi interior y reflejan en el exterior.
Hoy el ascenso es natural... casi a mis 40, aprendí a ver... que los muros de mi escalera, están en mí, que son ilusiorios, que me aíslo, o me integro, dependiendo de mi interior.
Hoy... veo la luz al final de la escalera, pero también la veo a mi alrededor. Hoy comparto mi experiencia, comparto mis peldaños, y no me avergüenzo de ellos, con mis errores, con mis aciertos, todos están allí, me formaron, me hicieron lo que soy... Algunos escalones dejaron recuerdos gratos, otros tal vez no tanto, pero forman parte de mi camino sin lugar a duda, fueron míos... y sólo por eso, ya tienen valor.
Sé que puede sonar trillado tal vez... pero una vez más digo... Gracias... por todos los eventos vividos, buenos, malos, fríos, cálidos, distantes, difíciles, fáciles, porque todos... todos forman parte de mí. Y gracias también a todos los caminantes que crucé en mis bifurcaciones. Gracias a los que siguen conmigo el camino. Gracias a los que siguen su propia escalera. Gracias, a los que ví al otro lado del muro y tal vez no pude "tocar" más de un instante.
Y bienvenidos, todos aquellos escalones, que aún no alcanzo a definir, que diviso allí adelante, sólo como una certeza de posibilidad, ya que no tienen forma física ante mis ojos todavía...
Terminado entonces el alto en el camino, para mirar hacia atrás, besos gigantes por trillones a todos... y gracias siempre, por estar!!!